La terapia sistémica no tiene como finalidad alargarse indefinidamente en el tiempo sin realizar cambios, con lo que se estima que la duración de la terapia se comprende entre 12 y 16 sesiones, con posibilidad de extenderse algunos meses, dependiendo del caso.

Las sesiones tienen una duración de una hora.

Lo habitual es ir una vez por semana o cada quince días. Menos que eso, no sería recomendable, a excepción de que se lleve tiempo asistiendo y se vaya a una sesión al mes como refuerzo para algo que se está acabando de resolver.

La terapia sistémica entiende que para que se puedan producir cambios en las dinámicas familiares, es necesario que pase un tiempo después de cada sesión para que se puedan llevar a práctica. Por lo que lo más habitual, es que las sesiones se hagan con una frecuencia de cada tres semanas o una vez al mes.

Lo mejor es que valores la posibilidad de asistir tres meses como mínimo. No es que en este tiempo el proceso se dé por terminado, eso depende mucho del motivo por el que decidiste ir a terapia, pero en este tiempo ya notarás cambios y podrás decidir si quieres o no continuar.

Puedes asistir a terapia de manera individual, a partir de los 18 años, o antes, con el consentimiento informado de tus tutores legales.

Cuando no se encuentra el modo de resolver los problemas familiares y otras áreas de la vida se han visto afectadas (escolar, laboral, amistades…), puede ser el  momento de acudir a terapia familiar para aprender a utilizar tus herramientas con la ayuda de un profesional.